Eslovaquia es un país pequeño, pero está llena de paisajes y castillos que asombran al visitante por su belleza. Se puede cruzar de punta a punta en unas seis horas de tren, lo que permite planificar alguna escapada a uno de sus nueve parques nacionales.
Bratislava cuenta además con la ventaja de su proximidad a Viena (unos 60 kilómetros) y su conexión con la hermosa Budapest a través de los cruceros por el Danubio.
Nuestra guía de Viena: Voy a Viena
Señalamos aquí algunas de las excursiones más próximas a la capital de la República Eslovaca.
– Rusovce:
Rusovce está situado en la orilla derecha del Danubio, cerca de la frontera con Austria. Es conocido por la mansión construida en el siglo XVII (posteriormente reconstruida en estilo neogótico inglés entre 1841 y 1844) con su magnífico jardín de estilo inglés y por las ruinas del campamento romano de Gerulata (siglos I-IV). Puedes llegar con el transporte público de Bratislava (número 91 y 191, la parada está en el Nový Most) o a través de la ruta habilitada para ciclistas a lo largo del Danubio.
Rusovce cuenta con dos Monumentos Culturales Nacionales: la iglesia de Santa Magdalena, s.XVII (calle Gerulatska, está abierta al público) y el ya mencionado campamento romano. El museo del campamento está abierto de martes a domingo desde mayo hasta octubre de 10 de la mañana a 5 de la tarde. El precio es de 1,33 euros para los adultos y 0.66 para niños, estudiantes y jubilados.
– Castillo de Devín:
Se trata de un Monumento Cultural Nacional y de uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de Eslovaquia. Albergó a celtas y romanos y fue el castillo más importante en la frontera de la Gran Moravia. Sólo Napoleón consiguió penetrarlo.
Hasta el castillo se puede acceder con los autobuses 28 y 29. También se puede llegar en barco a través del Danubio, pero sólo entre finales de abril y mediados de septiembre. Las vistas de la confluencia de los ríos Danubio y Morava merecen la pena.
De Devín a Vysoká pri Morave se extiende un sendero instructivo junto al río Morava, el cual es apropiado sobre todo para los cicloturistas. Para los que prefieran el senderismo, también hay una ruta hasta la colina Devínska Kobýla que atraviesa los Cárpatos en su parte occidental y en la que se puede contemplar vegetación exclusiva de esa zona.
– Ruta vinícola de los Cárpatos:
Si te gusta el vino, además de disfrutarlo acompañado de una buena comida eslovaca, puedes recorrer los municipio de más larga tradición vinícola del país: Pezinok, Modra y Svätý Jur. Pezinok cuenta con caminos educacionales por el centro histórico en el que el visitante encontrará mansiones renacentistas, un castillo con un parque, casas burguesas, iglesias, museos, galerías, etc. Modra es famosa gracias al patrimonio cultural protegido y conservado del núcleo histórico de la antigua ciudad real, así como también por el vínculo con la vida y obra de destacadas personalidades eslovacas, por la producción vinícola y también por la tradición, viva hasta la fecha, de fabricación de mayólica. Desde la estación de autobuses de Bratislava hay conexiones a los tres municipios. También hay líneas de autobuses que los unen entre sí. Para consultar los horarios, visita www.cp.sk
– Cervený Kamen:
Situado a 45 minutos de Bratislava, en la localidad de Castá (a la que también se accede por autobús). Se trata de un castillo del siglo XIII en el que se exhiben muebles históricos, armas y pinturas. Los sótanos del castillo son por su tamaño únicos en Europa; antes eran usados para almacenar comida y vino, ahora por su magnífica acústica son usados para conciertos. En el verano es posible pasear a caballo, pasear en carruaje por el parque histórico o ver la actuación de los entrenadores de halcones. Junto a Smolenice, no lejos de Cervený Kamen, se encuentra la única cueva accesible de los Pequeños Cárpatos – la cueva Driny.
– Ruinas del castillo Pajstun:
El castillo de Pajstun fue construido en el siglo XIII para proteger la región de Hungría. Las ruinas se encuentran sobre un arrecife de piedra caliza que hace las delicias de los visitantes. El paseo merece la pena por las vistas de los Pequeños Cárpatos, la tierra de Záhorská y los Alpes Austríacos. Hay 45 minutos en autobús desde Bratislava hasta la región Borinka donde se encuentra el castillo.